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¿Ese objetivo europeo de descarbonización está contribuyendo al surgimiento de nuevas propuestas de movilidad sostenible por parte de la iniciativa privada con expectativas reales de rentabilidad en un plazo razonable de tiempo… y una adecuada satisfacción de las necesidades actuales de movilidad de la ciudadanía? Son algunas de las grandes preguntas que planearon sobre el encuentro del Ciclo Smart MobilityMovilidad sostenible: alternativas de futuro y nuevas formas de movilidad, organizado por El Español, el pasado 10 de diciembre, en la Fundación Pons, junto a Ferrovial y Groupe PSA en el que tuve el privilegio de participar como World Shopper Expert.

El encuentro, articulado en torno a una mesa redonda en una espaciosa y acogedora estancia de la Fundación Pons, propició, animado por ese moderador siempre ágil, documentado y de pregunta atinada que es Arturo Criado, un delicioso y animado intercambio de pareceres entre Marta Blázquez, vice presidenta de FACONAUTO,  Ion Cuervas-Mons Morató, CEO de Wondo (Ferrovial), José Antonio León Capitán, director de Comunicación y RR.II. de Groupe PSA España, Federico Jiménez de Parga, coordinador general de movilidad del Ayuntamiento de Madrid, José David García, delegado de AUVE en Madrid, y un servidor de ustedes, World Shopper Expert y responsable de proyectos de Media Mobility Communication Consultants.

Lo mollar de la mesa redonda está debidamente recogido en el artículo publicado el día 11 de diciembre por el digital nativo de Internet que dirige Pedro J. Ramírez bajo el título de: «El sector público y privado deben gestionar juntos los datos para lograr una movilidad más sostenible». Sin embargo, y como es natural, algunas de las reflexiones verbalizadas durante la hora y media larga de coloquio, quedaron fuera del marco, necesariamente sintético, del artículo -y video resumen- de El Español.

Tampoco es mi propósito transcribir en estas líneas cuanto dieron de sí las intervenciones de los participantes, pero sí compartir algunas de las cuestiones que emergieron durante el debate y que considero importantes si uno pretende acercarse con la expectativa de sacar algo en claro de cualquier coloquio sobre movilidad sostenible.

En otras palabras, que más que respuestas, quien suscribe lo que encontró fueron algunas preguntas y no todas retóricas: ¿Es el vehículo eléctrico el elemento fundamental que resolverá los retos de esa movilidad sostenible? ¿Si hablamos de “neutralidad tecnológica” frente al indudable empuje de la propulsión eléctrica de vehículos tendremos que recuperar la expresión de “tecnologías alternativas” frente a la cada vez más hegemónica de “tecnologías de transición”? ¿Estamos pensando sólo en la movilidad de las personas o también en la de las mercancías? ¿Sólo en la urbana o también en la interurbana y en la de los territorios no metropolitanos de la España “vaciada”? ¿Qué ocurre con la movilidad marítima y aérea? ¿Por qué tienen mucho menos presión en términos de objetivos de descarbonización? Y una más, muy del gusto de mis amigos “posventeros”: ¿Alguien ha calculado con rigor cuánto bajarían las emisiones de CO2 y NOx si, mientras asistimos al advenimiento de la movilidad eléctrica para todos, además de renovar el actual parque de vehículos de combustión por unidades más modernas y eficientes conforme a la Euro 6 los vehículos en circulación estuvieran bien mantenidos en talleres de confianza?

Con todo, y para que no quede duda respecto a mi toma de partido por la neutralidad tecnológica, con los datos disponibles actualmente, parece que la movilidad sostenible del futuro, al menos en los usos más urbanos de los vehículos, será eléctrica… Pero también conectada y autónoma. Quizá la interurbana, especialmente la de mercancías, sea otro cantar. De camiones conectados y autónomos, pero propulsados durante mucho más tiempo por gasoil o GNC. En fin. Nadie sabe, ni puede saber, a ciencia cierta como será el futuro.

¿Están preparadas las empresas que fabrican, distribuyen o mantienen vehículos para hacer evolucionar sus modelos de negocio hacia la nueva “automovilidad”? ¿De qué forma tienen que interactuar con las tecnológicas o energéticas que ya están tomando posiciones en ese nuevo sector de la movilidad sostenible? ¿Qué papel corresponde a las Administraciones Públicas más allá de establecer límites de emisiones y de restringir el tráfico de vehículos a motor en las ciudades? ¿Están haciendo sus deberes en materia de inversión o de regulación armonizada de las diferentes propuestas de movilidad que surgen de la iniciativa privada? Se trata de cuestiones a las que vamos a prestar especial atención en la próxima World Shopper Conference que tendrá lugar los días 5 y 6 de mayo de 2020 en Estoril (Portugal) y sobre las que versó mi intervención en el evento de El Español. ¡Sobre todo a las oportunidades de negocio que desde la innovación se abren para las empresas de la industria tradicional de automoción: constructores de vehículos, fabricantes de componentes, distribuidores de vehículos y recambios y talleres de reparación! Si se orientan, claro está, a hacer evolucionar sus modelos de negocio… ¡Os esperamos en la World Shopper Conference 2020!

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