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¿Es posible ganar dinero con la reparación de chapa y pintura en la era de la nueva movilidad? Recientemente, tuve el privilegio de moderar una mesa de diálogo en la V Convención #MVP, de PPG, sobre la aplicación de la metodología Lean Six Sigma a la gestión de la reparación de carrocería, con representantes de tres estupendos talleres (Andrea Lauria, de Mundomovil; Ricardo Ferreira, del Centro de Colisión de Hertz en Lisboa; e Iván Sánchez, de Auto Elia) y un distribuidor de pintura especialmente comprometido con sus clientes (Carlos Olías, de Pinturas Carman), y no pude evitar pensar en lo recurrente de esa pregunta. Por absurda.

Si tienes un taller de carrocería, preguntas como esa, debieran incomodarte. ¡La razón de ser de toda empresa es maximizar beneficios! Sin una rentabilidad adecuada, sostenible en el tiempo, no hay negocio que tenga futuro. Sin embargo, no es infrecuente escuchar este tipo de preguntas retóricas, como si la rentabilidad de un taller de carrocería dependiera básica y decisivamente del contexto en que desarrolla su actividad de reparación. Como si la gestión del negocio, de cada empresa concreta, como si la visión estratégica y la concreción ejecutiva de su equipo directivo, como si el compromiso e implicación, el desempeño de sus operarios, fueran un elemento más y no lo sustancial. Que si el tamaño y antigüedad del parque, que si las aseguradoras, que si las flotas, que si los sistemas de asistencia al conductor… ¡Como si todos esos condicionantes solo afectaran a tu taller y no al resto! Y, sin embargo, unos talleres ganan dinero, cada vez más, y otros no. ¿Por qué? Esa es la pregunta.

Por eso, cuando hace ya más de una década, escuché por vez primera hablar a los profesionales de PPG en España de aplicar la metodología Lean a la gestión de un taller de carrocería decidí investigar algo más al respecto. No puedo decir que sea un especialista en “Kaizen”, pero sí que los conceptos de mejora continua de esta “filosofía para la calidad”, de la metodología Lean en particular, me interesan sobremanera porque son terriblemente seductores.

Por dos razones. Porque el proceso de mejora continua que propone se sustenta en acciones concretas, simples y poco costosas, al alcance de cualquier taller carrocero, independientemente de sus específicas características, urgencias productivas y sangrantes ineficiencias. Y porque los resultados de la metodología Lean, sus beneficios, se concretan de forma casi inmediata en términos de productividad, rentabilidad y… satisfacción personal y profesional de todas las personas involucradas, primero, e implicadas, después (directivos, mandos, operarios, proveedores… y, por supuesto, clientes particulares y corporativos).

En rigor, y desde el atrevimiento que más veces de las que debiéramos siempre tenemos los comunicadores, pero con la seguridad de conocer los beneficios de la implantación de la metodología Lean desde hace más de diez años en muchos talleres clientes de PPG, me animaría a sostener que estamos hablando casi más de cambiar antes las actitudes que los procesos. En la actitud están los valores, el espíritu, la predisposición personal y profesional a mejorar. El cambio de procesos, la técnica… y sus resultados, serían la consecuencia.

La pregunta, amigos, no es si se puede ganar dinero con un taller de chapa y pintura hoy, o si se podrá ganar en la era de la nueva movilidad que viene con coches autónomos y conectados que eventualmente reducirán la siniestralidad. La pregunta es porqué en un mismo mercado, con similares condicionantes, unas empresas de reparación de carrocería ganan y van a seguir ganando dinero, y otras no. La metodología, la actitud Lean, es una buena respuesta.

Raúl González, Media Mobility Consultant – World Shopper Expert

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